1743 Templo del Carmen
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Situado en la calle de Villerías antigua del Carmen. Espléndido monumento de estilo ultrabarroco y orgullo de la ciudad. Su fundación se debe al que había sido alcalde mayor de Guadalcázar, don Nicolás Fernando de Torres y a su esposa doña Gertrudis Maldonado Zapata, según disposición testamentaria del 26 de noviembre de 1732. El terreno de la Lagunilla y la Alfalfa fué donado por don Bartolomé López de Mesa en 1740 comenzándose en 1743 la obra del nuevo hospicio y terminándose en marzo de 1744. Es notable el trabajo de cantería labrada de su portada. Pasando al interior, en uh costado del altar mayor, se pueden ver los retratos de los benefactores y sus restos se encuentran sepultados en el templo. Otorgada la licencia necesaria por el rey don Felipe V en 1746, para erigir convento, la primera piedra de esta interesantísima construcción se colocó el 23 de febrero de 1749 por el franciscano fray. Antonio Rizo Y ante el provincial de los Carmelitas fray Nicolás de Jesús María, si bien los cimientos se empezaron a abrir 29 de enero y el templo se inauguró el día 15 de octubre de 1764; la torre se hizo, entre los años dé 1765 a 1768 siendo Prior fray Joaquín de la Concepción; aun cuando existía ya en 1738 el antiguo hospicio del Carmen, detrás de San Francisco, fué hasta 1740 cuando se adquirió el terreno que hoy ocupa, corno ya se ha dicho; terminándose el adjunto hospicio en 1744. Con excepción de algunos altares que han sido renovados, se ha conservado, en lo general, libre de la furia renovadora del siglo pasado. Aunque no se sabe el nombre del arquitecto o constructor de tan bella obra, sospecho que fué don Joseph Joachin Ramos, maestro de arquitectura, porque en un litigio de tierras que tuvo el convento, se dice que en el año de 1753 estaba en construcción la fábrica del templo y en el documento se menciona al referido Joseph Joachin Ramos, maestro de arquitectura y agrimensor -como perito- y al mismo tiempo aparecen en la misma diligencia fray Francisco de San Esteban, prior, fray Pedro ele] Espíritu Santo, superior, fray Pedro de los Ángeles, fray Jerónimo de San Miguel, fray Andrés de San Antonio, fray Bartolomé de San Bernardo Y fray Juan de la Concepción, residiendo éstos en el convento. La portería del convento se hizo en 1786 Y el gobierno liberal la mandó destruir para abrir una calle, partiendo así al convento en dos.
El claustro de las procesiones o convento, construido en 1768-1771 por fray Manuel de San Jerónimo, así como la sacristía del oratorio, incautado en 1858 después de las leyes ele Reforma, ha sido destruido en gran parte, Y cuatro grandes pinturas ele Vallejo, que representaban la vida de Santa Teresa, fueron destruidas en esa época; así como otras cuatro del pintor Juárez: y el ante coro ha sido segregado con perjuicio notorio de tan notable monumento colonial. La capilla del Sagrado Corazón en piso alto junto al antecoro, fué decorada por don Jesús L. Sánchez.
La antigua huerta del convento, adquirida por donación de Bartolomé López de Mesa en 22 de septiembre de 1740, de los terrenos de la Lagunilla y de la Alfalfa; tomadas luego por el visitador Gálvez para ejidos fué después dada por el mismo Gálvez en 1768 para huerta del convento. Posteriormente fué convertida en la que es ahora la Alameda, nombre que ya tenía la calle que le servía de lindero hacia el Norte, siendo cedida para este objeto al Ayuntamiento por los años de 1859 a 1860 y como dato curioso puedo decir que la tierra vegetal se trajo de la Hacienda de Cruces, por ser el terreno de tepetate impropio para el plantío de una arboleda como la que hoy existe. El cura Hidalgo, durante su estancia en San Luis Potosí, por el año de 1801 se alojó en la casa de doña Rita que en otra época formó parte de la huerta de la Alfalfa y hoy quedaría situada en la esquina Suroeste de la Alameda en el cruce de las calles que llevaron el nombre del Grito de la Libertad y de doña Rita. Esta huerta perteneció al general don Antonio Fernández del Rivero por compra que de la misma había hecho a Juan López de la Mesa en 1694 habiendo pertenecido, en 1649 a Lorenzo de Buitrago y a Juan de Mendoza en 1635; la heredó su hija doña Rita Fernández del Rivero viuda de don Francisco del Cano. La casa de doña Rita fue después Cuartel de Artillería y también estuvo ahí la redacción de "La Ilustración Potosina". En 1869 don Florencio Cabrera construyó detrás de esa casa un chalet al estilo suizo.
En el interior de la iglesia, se puede ver la más importante colección de pinturas de Francisco Antonio Vallejo, 1764, pintor contemporáneo de Cabrera y uno de los mejores de la escuela mexicana del siglo XVIII, En el coro y antecoro había 14 lienzos, pero como antes se ha dicho, segregado el antecoro que lucía sus ocho grandes cuadros de Vallejo representando pasajes de la vida de Santa Teresa destruidos por los liberales en 1858, quedan únicamente los del coro y representan la vida y milagros de esta santa. Las ocho pinturas superiores son de Vallejo así como las inferiores. En la sacristía hay nueve grandes lienzos de Vallejo, de los cuales ocho representan la vida de San Elías; el décimo, cie Santa Teresa, parece ser de Antonio Sánchez y posiblemente ha sido colocado aquí en fecha posterior; acaso el lienzo que corresponde a este hueco o bien al del fondo es el que se encuentra en el almacén contiguo a la sacristía, pintado por Vallejo y que representa los últimos Sacramentos. Hay otro lienzo en la sacristía representando la Sagrada Familia, por el pintor Sánchez. Al fondo de la sacristía, a la derecha, hay una sala en donde se pueden ver los siguientes cuadros de Vallejo: la Ultima Cena la Predicación del Profeta Elías y la Transfiguración. En el almacén contiguo a la sacristía se encuentran igualmente los siguientes: la Sagrada Familia, que acaso sea el cuadro hecho por fray Manuel de San Jerónimo dos cuadros de Santa Teresa, San Juan de la Cruz, la lucha de Jacob y el Ángel, y uno de Nuestro Señor, todos debidos al pincel de Antonio Sánchez. Sobre el altar de San José, que se encuentra en el crucero del templo, está una pintura de Santa Teresa que lleva la fecha 1792. Sobre Ja puerta, del costado, Norte está una pintura que representa el árbol genealógico de Jesús, atribuido a Tres Guerras.
El altar central, reconstruido en 1827, Y la virgen de la Nube, se deben a diseños del arquitecto don Francisco Eduardo Tres Guerras y al cincel del escultor Sixto Muñoz, así como la Concepción de la Virgen María, una imagen de la Virgen de los Dolores, San Elías, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, también de Muñoz, y las pinturas al pastel de San Pedro y de la Dolorosa o de Santa Teresa, son igualmente de Tres Guerras. A la derecha del altar mayor está un gran cuadro que representa la Maternidad de la Virgen y a la izquierda el triunfo de la Madre de Dios sin duda pintados por Antonio Sánchez.
El viejo retablo mayor o altar central primitivo, fué todo dorado y bruñido. Tenía santos de dos varas de alto repartidos en tres líneas. En la parte más elevada del centro, terminaba un pabellón o especie de persiana, colgando por ambos lados hasta cerca de la pared presbiterio con unos angelitos en ademán de recogerlos. Bajo de la cúpula se veía la imagen del Padre eterno con un cetro y mundo en las manos. Más abajo estaba la imagen de Santa Teresa de Jesús con la insignia de mística doctora en la cabeza, el estandarte en la diestra y sobre el pecho la siniestra. Seguía luego un medallón en medio relieve con la Virgen de Guadalupe y dos angelitos, encima, estaba San Elías con la espada en la mano derecha. Debajo, quedaba el tabernáculo. A la derecha e izquierda en dos líneas o fajas, había unos óvalos. El retablo descansaba sobre un zócalo dividido en dos partes cada una con su puerta y al pie del retablo estaba la mesa con frontal de plata, seis candeleros grandes, dos atriles y dos jarrones, todo del mismo metal y sobre una peana tallada y dorada se encontraba un crucifijo de una vara de alto.
Son interesantes también diez lienzos de la vida de la Virgen, del pintor Francisco de León, representando la Adoración de la Virgen, la Presentación de la Virgen, etc. Hay otra. pintura que se refiere a la Visión de Santo Tomás y dos cuadros más de Alcíbar.
Tanto el Sagrario o Camarín de la Virgen, que ostenta la forma de una gran concha dorada, como el pórtico que da entrada al mismo, pueden considerarse como lo más importante del interior de este maravilloso templo debiéndose al diseño de Tres Guerras la escultura de la Virgen. En el altar y en los muros se ven algunas pinturas del siglo XVIII, siendo de interés especial la que se encuentra sobre la puerta, porque representa a la Virgen del Carmen cubriendo con su manto a los padres carmelitas y a los dos fundadores o benefactores del convento.
Conviene advertir que fray Pedro de la Concepción, hizo construir un conducto subterráneo para traer el agua de Tequisquiapan, con un costo de veintidós mil pesos. Dice la tradición que hay diversos túneles que en un tiempo comunicaban al Carmen con otros conventos o templos de la ciudad.