Jose Maria Ignaco Montes de Oca y Obregon
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Orador, poeta, traductor de clásicos griegos, primer Helenista de México y más allá, políglota que poseía el inglés, el francés, el italiano, el portugués, el latín y el griego clásico, con tal perfección que escribía, peroraba y aún versificaba en cada uno de estos idiomas. Fue además miembro de la Academia Mexicana de la Historia y de varias sociedades científicas y literarias del país y de otras naciones.
Nació en Guanajuato en 1840 donde recibió su enseñanza primera. Siendo ya sacerdote asistió en Miramar a la coronación de Maximiliano de Habsburgo como emperador de México, y ese mismo día fue nombrado Capellán de Honor de su corte.
A los treinta años fue nombrado Obispo de Tamaulipas en el Palacio Vaticano, nueve años después fue designado Obispo de Linares hoy Arzobispado de Monterrey, donde luchó valientemente por la libertad de la Iglesia. Al cabo de cinco años fue trasladado a lo que sería su Diócesis predilecta, San Luis Potosí.
En 1914 partió de Veracruz hacia Roma en una nueva misión de su iglesia sin saber que era la última vez que la vería; se desbordó aquí el torrente de la revolución y allá el fragor de la guerra sacude a toda Europa. Vivió extrañando a sus feligreses. Presintiendo ya su fin, el 30 de julio de 1921 emprendió regreso hacia la Patria, ya muy enfermo llegó a Nueva York y allí murió.
Tras solemnísimos funerales en la Catedral de San Patricio, es trasladado su cadáver a la amada ciudad potosina: sus restos fueron depositados en la Santa Iglesia Catedral. A su muerte, era el decano del Episcopado mundial.
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