1597 Capilla San Miguel, Capilla de San Francisco y Capilla de la Santísima Trinidad
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El 14 de abril de 1597 Francisco Jocquineque y socios, solicitaron al alcalde mayor don Luis de Valderrama Saavedra, tierras para un grupo de indios tlaxcaltecas y mexicanos. Así se fundó el hoy barrio de San Miguelito. Pero como se integró con tres parcialidades distintas: tlaxcaltecos, tarascos y de otra proveniencia, desde un principio resultaron tres barrios o pueblos. Según los datos que en mayo de 1623 proporcionó fray Juan de Larios, estaban:
''el pueblo y barrio que está detrás desde dicho convento de S. Francisco y se llama S. Miguel'', de tarascos, "el que llaman de la Trinidad" y ''el que llaman de S. Francisco".
En un documento de 1624, únicamente se citan dos:
"el pueblo de San Miguelito, detrás del convento de San Francisco" y "el barrio que llaman de la Trinidad”;
si no se menciona el de San Francisco es porque éste no andaba en el pleito.
Repetidas veces, en dicho documento, se insiste en que el pueblo de San Miguel está "detrás de dicho convento", Como en este barrio y en el contiguo de la Trinidad se estaban metiendo negros y mulatos, no así en el de San Francisco, y como también fray Larios cita en el mismo orden los tres pueblos, podernos concluir que:
a partir de la hoy calle de Comonfort "detrás de dicho convento'' , hacia el sur, estaba el de San Miguel; contiguo y al sur de éste, el de la Trinidad y, en seguida, el de San Francisco. Los tres al hilo.
Para 1629, el de San Miguel ya tenía capilla, pues el 3 de septiembre de este año se publicó un pregón ''en el dicho día, mes y año, estando en el Barrio que llaman de San Miguel, extramuros deste dicho pueblo -de San Luis-, arrimado a la puerta de la iglesia de San Miguel...", En cambio, en el de la Trinidad, no, porque allí el pregón lo publicó "arrimado a las casas de Cristina mestiza ... Alonso, negro pregonero". Como menos poblado, el de San Francisco también carecía de iglesia.
Con el tiempo, la plebanía fue creciendo, se unieron o amalgamaron los tres barrios, que eran doctrina de los franciscanos, formaron un ayuntamiento único y así integraron la villa de San Miguel, San Francisquito -para distinguirlo del otro barrio, el de San Francisco, por el convento de este nombre- y la Santísima Trinidad. Más tarde se aludía indistintamente a la villa de la Santísima trinidad o de San Miguelito.
Aunque había tres parcialidades, sólo dos pudieron levantar iglesia la de San Miguel y la de la Trinidad. La tercera se quedó arrimada, a la segunda y con el tiempo, la Trinidad predominó sobre la de San Miguel. La Santísima Trinidad, con su acreditada archicofradía, quedó como titular de la iglesia más importante y San Miguel como patrono de la villa. En la actual iglesia tuvieron sendas capillas San Miguel y San Francisco.
Betancourt (1921: 114-115) informa que la capilla de San Miguel estuvo en la 4ª. Calle de Vallejo, lado poniente, en 1708. Añade que en 1712 había tres capillas: la dicha de San Miguel, la de la Santísima Trinidad y la de San Juan de Guadalupe. Pero esta es posterior, ya que apenas por 1765 pedían licencia para “fabricar entre todos una capilla con el título o nombre de nuestro titular”. Además, este barrio jamás se llamó de “San Francisco”. Cuando se le empezó a citar, se le denominó Tierra Blanca o Tierra Nueva o de Guadalupe. Más bien la tercera capilla puede ser la que se llamó ''del Calvario”, situada detrás de San Miguelito. Lo que concuerda con la ubicación del barrio originalmente llamado San Francisco. Ya en 1667 se cita el mencionado Calvario, y aun dio nombre a la calle de Vallejo. Cuando ya se construyó la iglesia. de Nuestra Señora de los remedios -hoy del Sagrado corazón- predomino este nombre. Así se le llama ya a esa calle en 1753. El Calvario distaba, por el sur. De la capilla de la Trinidad, tanto como de esta, la de San Miguel.
La capilla de la Santísima Trinidad fue otra cosa. Aunque en un principio los tarascos del barrio de San Miguel eran más que los tlaxcaltecas de la Santísima Trinidad, con el tiempo predominaron, especialmente por obra de la cofradía de tal nombre. Esta se fundó en 1631, y en ella se inscribieron tanto los de este barrio como los de los otros dos. Además de que acopio algunas casuchillas, tierritas y uno que otro chinchorro, lo que fomento la vida económica de los naturales, al prestar con el cinco por ciento anual, y prestaba asistencia espiritual y material a los enfermos y agonizantes, viudas y desvalidos. A mediados del XVIII llego a encargarse de la doctrina del barrio el benemérito fray Joaquin Bocanegra. Reorganizo la cofradía de la Santísima Trinidad y la agrego a la Archicofradia del mismo título de la ciudad y corte de México. Lo que aumento su prestigio y membresía. Se convirtió en el principal soporte de la vida socio religiosa de la villa, con sus ceremonias, fiestas y servicios. El P. Bocanegra construyo el claustro del convento.
Pero antes que él estuvo allí el célebre cronista fray José de Arlegui, quien, igualmente, fomento el culto. A tal grado lo fomentó, que en la nómina de hermanos de la cofradía, anotaron que fue “especial benefactor de la obra, quien la comenzó siendo cura Su Paternidad”, de 1725 a 1728. O sea, que el P. Arlegui comenzó la actual iglesia.
En 1747, en la petición para agregar la Cofradía a la de México, se decía, para reforzar la solicitud: "actualmente se está haciendo iglesia, muy, buena de bóvedas". Para 1761 ya estaba totalmente concluida, con "crucero de dos capillas, una dedicada a San Francisco -lado poniente-, y otra -lado oriente- a San Miguel ... Tiene torrecita de un cuerpo con cuatro campaniles”, según explicaba un inventario, del 20 de mayo de 1761.
Por él, además, podemos saber dónde estaba la capilla original. No fue, como supone Betancourt (1921: 115): "la capilla de la Santísima Trinidad ya no existe; pero suponemos que estuvo en donde actualmente se encuentra la iglesia de San Miguelito, cambiada después de 1708 de la de Vallejo a donde hoy se encuentra”. El inventario susodicho lo aclara: "Enfrente de esta capilla -la nueva- está la antigua, de fábrica de adobe, muy maltratada -por el desuso-, techada de viguería labrada y tableta, con su sacristía, "cocina y cuarto y un patio grande, sus puertas de madera, sus chapas y llaves, a excepción de una...''
Así, pues, la capilla original estuvo "enfrente". Quizá en donde ahora se tiende el andador del jardín, atrio de por medio. Tenía ella buenos adornos. Añade el inventario: "La otra capilla nueva tiene en lo interior el adorno siguiente: un retablo pequeño del altar mayor, ya viejo -cambiado de la capilla antigua- , dorado, con dos cuerpos y medio; y en un nicho, sobre el sagrario, en que está la imagen de la Santísima Trinidad, de talla, como de una vara de alto -84 cms. -, con Santo Cristo, como de dos tercios -de vara-, con su cruz de granadillo, con carretoneras de plata, clavos y en ellos tres piedras grandes, ordinarias: dos moradas y una azul, corona de plata con tres piedrecitas: dos blancas y una verde ordinaria; una efigie del Espíritu Santo, con resplandor y diadema, todo de plata, una tiara del Señor, con sus tres coronas sobre decoradas, cruz y mundo”. Otros objetos más -lienzos, imágenes, adornos- que registra el inventario, de seguro que provenían de la capilla vieja