1600 Casas Reales
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Gracias a la actividad pacificadora del capitán mestizo Miguel Caldera y a la labor misionera de los frailes franciscanos, el 3 de noviembre de 1592 nació el pueblo de San Luis Minas del Potosí de la Nueva España. Su nombre le fue dado en honor de San Luis Rey de Francia y las ricas minas del potosí, en Bolivia, por su semejanza con las riquezas de oro y plata que aquí se encontraron. El Virrey Luis de Velazco nombro a Don Juan de Oñate Primer Alcalde Mayor de esta nueva fundación, estableciendo el primer Ayuntamiento.
Ya para 1611 estaba concluido el edificio destinado a ser la sede de las autoridades, que por ser nombradas por la Corona, llevarían por nombre “Las Casas Reales”; cuya misión era aplicar “con Mucho acierto”, la vara de la real justicia.
Para conseguir los medios necesarios y aprovechando la bonanza de las ricas minas, el cabildo propuso un impuesto de medio real por cada marco de plata señalando la real hacienda y otro medio real por cada carga de harina y de maíz que entrara a la población, con anuencia del virrey Don Gaspar de Zúñiga y Acebedo.
La construcción se hizo siguiendo con una obediencia de las ordenanzas del rey Felipe II, las cuales disponían que tanto las Casas Reales, así como el Cabildo, Aduana y Ataranzas deberían de construirse junto al templo parroquial, “de manera que en tiempos de necesidad se pudieran favorecer las unas a las otras”.
El edificio ya concluido contaba con un solo piso, todo era de adobe y techo de tejamanil, contaba con una sola sala de audiencia y otra para oficio público. En el segundo patio se encontraba dentro de la cárcel, el cuarto en que estaba el temible “potro”, o rueda de tormento.
Amén de algunas mejoras, permanecieron así hasta 1767, año en que la plebe de los barrios se amotino por varios motivos y provoco los célebres “tumultos” en cuyos sangrientos hechos fueron casi destruidas las Casas Reales, siendo finalmente demolidas años después.