1611 Hospital de San Juan Bautista
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La necesidad de atención y remedio para la salud en el pueblo de San Luis Potosí tuvo respuesta el año de 1611, cuando fue aprobado por autoridades civiles y religiosas el establecimiento de un hospital para que recibieran y curaran indios y españoles. A instancias de Juan de Zavala, rico comerciante y minero que promovió y otorgó unas casas donde tenía su hacienda de minas apoyo económico y otros a los frailes de San Juan de Dios, para establecerse aquí.
La ubicación de este conjunto religioso, cronológicamente el tercero, es a tres manzanas al oriente de la plaza real, aparentemente en este momento era uno de los lugares últimos del pueblo, como lo citan en un documento:
...por Racon de hospital debe estar extramuros Con el desaogo posible por los achaques Contaxiosos de epidemias y Repugna el que Junto a dhas enfermeriaf se labren casas pues Reconociendo este inconbeniente La Relixion hiendo la cortedad del sittio que el primer patron dono Compro dhos Solaref para Plasuela de iglesia y desaogo de dhas enfermerias...
Como lo menciona Josefina Muriel, el espíritu de la caridad inspiró el establecimiento de hospitales en las poblaciones, que para este momento son los frailes juaninos quienes en gran medida se dedicaban a ello. Había cierto concepto sobre lo que deberían de ser estas entidades, por esto la Corona había emitido una serie de indicaciones en sus ordenanzas para su existencia, resaltando en este caso la siguiente:
Que supuesto que los dichos Religiosos no entran en estos Hospitales para hacer Conventos de la Religión, sino para asistir y curar los pobres, no se les ha de permitir ni permita, que muden las fábricas de ellos, ni hagan Iglesias, Claustros o Celdas a su voluntad, en que se sabe, que en algunas partes han excedido y exceden, sino solamente aquellas obras, oficinas y reparos que convinieren para la Hospitalidad, o comoda vivienda de los Religiosos, y esto haviendo primero precedido consulta, Y obtenido licencia del Virrey o Governador para los Hospitales de nuestro Patronazgo Real, o la del Ordinario Eclesiastico, y Cabildo Secular, y dc los domas de fundaciones Y dotaciones particulares, y de los que tuvieren derecho dc tornar las cuentas dc ellos, para que no les passen sino lo que en esta forma huvieren gastado.
Por la anterior orden nos percatamos que se quería que al establecerse funcionaran como hospitales y no como conventos aún a sabiendas de que se sabe que en algunas partes se han excedido. La donación para instalarse comprendió una serie de casas, unas para las instalaciones y otras para que a través de sus rentas sirvieran de apoyo económico, por lo que debió de ser un acondicionamiento que incluyó también a la plaza frente al templo.
El acondicionamiento lo llevaron a cabo los propios frailes ayudados de artesanos; como todos los demás conjuntos, éste también estuvo en constante transformación, aunque no llegó a ser tan grande como los otros.