1707 Templo de Tlaxcala - Cronologias San Luis Potosi

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1707 Templo de Tlaxcala

Arquitectura > > Edificaciones 1700-1799
El convento franciscano del pueblo de Tlaxcalilla fue fundado hacia el año de 1605, perteneció a la Provincia de Zacatecas, por lo que fue el convento más cercano a la Casa Capitular. Debido a esta cercanía, en él nunca se celebraron Capítulos ni Congregaciones intermedias, como sucedió en los conventos de Charcas, Santa María del Río y El Venado.

Debido a que la población del pueblo de Tlaxcalilla no era muy numerosa, los religiosos consideraron que no era necesario construir una gran casa, por lo que se limitaron a un convento de reducidas dimensiones en el que tal vez había solamente unos cinco o seis religiosos.

El templo de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcalilla estuvo a cargo de los franciscanos hasta el año de 1868.

La planta del templo es de cruz latina, la nave del templo corre de norte a sur y sus cruceros de oriente a poniente. El cuerpo de la nave está formado por tres bóvedas de arista o de lunetas, bien iluminados y coronados al centro por su bien proporcionada y elegante cúpula. Bajo ésta, están cuatro pechinas en las que se representan diferentes pasajes de la vida de la Virgen María, pinturas que, si bien no son excelentes, sí son una buena muestra de la pintura del Virreinato mexicano.
Pasando la puerta de ingreso al templo inmediatamente está el sotacoro que abarca todo el primer cuerpo de la nave. A mano izquierda, un gran marco de cantera de muy buena factura en cuya clave del cerramiento o dintel se presenta en relieve el escudo franciscano de las conformidades; este arco da acceso a lo que fue una capilla y en la actualidad se usa como bautisterio.

Debieron existir cuando menos tres retablos de madera sobredorada, de los cuales desgraciadamente nada sabemos. Su actual decoración se debe al maestro José Moreno y fue realizada en 1960 o 1961.

Es digno de mención el precioso camarín de la Virgen que se encuentra en el extremo oriente del crucero izquierdo. Da acceso a él un importante arco volado que sostiene al centro una piña, su interior está coronado por una cúpula ochavada la cual presenta pechinas.


En el presbiterio, el altar mayor es de estilo neoclásico.

La fachada del templo tiene una sencilla composición, y está formada por tres elementos dispuestos en un eje vertical de simetría. La puerta está formada por un sólido marco de cantera con su arco de medio punto, en cuya clave debió existir algún relieve o inscripción. El segundo cuerpo está comprendido por el vano de la ventana del coro cuyo marco de cantera guarda las proporciones debidas como parte de un todo. El tercero y último cuerpo de la fachada lo compone el nicho en el que se representa a la Santísima Virgen María; el nicho está flanqueado por pequeñas columnas salomónicas un tanto toscas en cuanto a su acabado, pero que guardan adecuada proporción con el diseño del nicho.
La torre está compuesta por dos cuerpos de gran solidez y se asemeja a las de las iglesias de la región ístmica del sur de México. La elegante cúpula del templo es la típica cúpula potosina, es decir, con las nervaduras a la mitad de los gajos y no en las aristas

Esta torre y el cupulín en que remata están recubiertos con azulejos blancos y azules, colores propios de la Virgen María a quien está consagrado el templo y a quien estuvo consagrada la provincia Franciscana de Zacatecas.

Este convento cuenta con un reducido número de obras de arte que no es más que el resultado del despiadado saqueo de que fue objeto. En sus orígenes este convento debió poseer un sinnúmero de obras pictóricas y escultóricas de bue­ na calidad, además de muebles y numerosos objetos de culto, en virtud de su cercanía con la casa Capitular.

De las obras que escaparon al saqueo y que son de gran calidad se consideran: Un óleo que se encuentra bajo el coro, en la nave del templo, de autor anónimo del siglo XVIII, que representa a ''Las ánimas, del purgatorio''; es de tamaño regular y muestra evidencias de que su autor poseía buena técnica en el manejo del color. Esta pintura tiene cierta semejanza con las de Antonio de Torres. Desgraciadamente, al ser restaurada hace ya muchos años se perdió la firma del autor. De ser cierta esta suposición bien puede atribuírsela a Torres.

Tal vez uno de los temas más representados en la pintura religiosa en Nueva España fue el de la Santísima Trinidad. En este templo se encuentra junto al púlpito; está pintada sobre tela y es tal vez una obra de la. segunda mitad del siglo XVIII; predominan los tonos azules y dulzones, se nota dominio en las proporciones anatómicas, sobre todo de las: manos que es donde con más facilidad se capta la habilidad del artista.


En las cuatro pechinas de la cúpula se representan temas de la vida de la Virgen María, y son: ''La Anunciación'', ''La Inmaculada Concepción'', ''La Asunción" y ''María Reina del Cielo''. Son óleos sobre tela de muy buena factura; los especialistas opinan que fueron pintados hacia la segunda mitad del siglo XVIII.
   
En la sacristía existen cuatro grandes cuadros que afortunadamente se han conservado no obstante el abandono en que se encuentran, aunque cabe hacer notar que se aprecia que fueron "víctimas" de una mala restauración y de una alteración en cuanto a su formato, ya que originalmente eran lienzos de medio punto y no cuadrados como son en la actualidad; como es de suponer, la firma del autor de estos cuatro cuadros desapareció para siempre. Los temas que se tratan en estos 'cuatro lienzos son: ''La adoración de los Reyes'', ''La Anunciación'', ''La Huida a Egipto'', y ''La Presentación del niño Jesús en el Templo''. Obras, todas ellas de muy buena realización, existe dominio del color y la composición.
De Antonio de Torres se conservan dos cuadros de regulares dimensiones. Son parte de una colección del Viacrucis; la otra parte se encuentra en la sacristía del templo de la Tercera Orden de esta misma ciudad.
Por último, y digno de mencionar es otro cuadro, también en la sacristía, en el que se pone de manifiesto el misticismo franciscano: ''San Francisco de Asís y las tres esferas". En este lienzo están presentes Doctores de la Iglesia, Papas y Cardenales. Además se encuentran también San Bernardino, San Juan Capistrano, el Beato Juan Duns Scoto y Jacobo de la Marca, estos cuatro últimos "Columnas de la Reforma Franciscana". El Lic. don Rafael Montejano y Aguiñaga denomina a este cuadro como "Definición del Dogma de la Inma culada'' en su ''Guía de la Ciudad de San Luis Potosí''.

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