1730 Tempo de San Miguelito - Cronologias San Luis Potosi

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1730 Tempo de San Miguelito

Arquitectura > > Edificaciones 1700-1799
 
Las poblaciones que se encontraban extramuros de la ciudad de San Luis Potosí (hoy barrios), estuvieron bajo el cuidado de los padres franciscanos, quienes dentro de su ministerio hicieron posible su organización.

Los franciscanos de San Luis Potosí inculcaron en el pueblo una profunda devoción a la Santísima Trinidad, devoción que causó un efecto favorable en la aceptación dogmática de la fe y en la comprensión profunda de los valores que tuvieron vigencia durante el Virreinato, respuesta que vemos traducida en el desarrollo arquitectónico cuyos parámetros nos revelan la importancia de la sociedad virreinal mexicana.

Los franciscanos del siglo XVII se percataron de la gran necesidad que tenían los pobladores del sur, extramuros de la ciudad, y decidieron fundar una doctrina hacia ese rumbo. En efecto, así lo hicieron, levantando en dicha doctrina una ermita que dedicaron a la Santísima Trinidad. Este, que como ya lo hemos dicho se consideraba un pueblo, estaba formado principalmente por indios tlaxcaltecas y otomíes, quienes de buen grado aceptaron las enseñanzas religiosas y culturales de los frailes. Debido a esta buena disposición de los naturales la doctrina llegó a ser una de las más prósperas de entre las que se establecieron fuera de la ciudad española.

Establecidos como Archicofradía, los habitantes de esta doctrina alcanzaron una sólida organización, de tal suerte que para el año de 1733 construyeron el templo que actualmente conocemos como Parroquia de San Miguelito. Así, frailes y archicofrades comparten el mérito de dicha construcción. En mayo de 1872 este templo franciscano fue convertido en parroquia. La festividad patronal se celebra el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel.

El hecho de que el templo de San Miguelito se encuentre hacia el sur de la ciudad y fuera del primer cuadro, hasta hace poco tiempo, fue circunstancia favorable para que el conjunto arquitectónico habitacional que rodea al templo se conservara, debido a que este hecho había impedido que las fincas aledañas se conviertan en escaparates y fincas comerciales modernas, que romperían la armonía arquitectónica. Aquí cabe aclarar que a últimas fechas se ha permitido el establecimiento de algunos locales comerciales que van rompiendo con la armonía de que hemos hablado.

El acceso principal del barrio de San Miguelito es la calle de Vallejo que tiene como remate visual la fachada del templo y si nos colocamos en dicha calle a la altura del jardín de San Francisco nos damos cuenta de la importancia del paisaje que rodea el templo. La fachada del templo se enriquece con las altas montañas de color azul añil que le sirven de fondo. Aunque, en honor a la verdad tenemos que reconocer que a últimas fechas y debido a la contaminación ambiental ya son pocas las ocasiones en que podemos disfrutar de la visión total de este gratísimo espectáculo.

En el año en que se construyó el templo de San Miguelito era Guardián del Convento Franciscano Fr. José de Arlegui, que además era Cronista dc la Provincia, Ministro Provincial y Padre más Digno, Examinador Sinodal d los Obispados de Durango y Michoacán.

El curato de San Miguelito celebra dos importantes fiestas en el año: la primera, la fiesta titular, la de la Santísima Trinidad, el 29 de mayo; y la segunda, la fiesta patronal el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel.

Como la mayoría de los templos de la época, la planta arquitectónica de este templo es de cruz latina. El cuerpo de la nave está formado por tres bóvedas de arista bien trabajadas y de buenas proporciones; sus cruceros son muy amplios y con buena iluminación; su cúpula de base octagonal, se apoya en el tambor que es de regulares dimensiones, mientras la media naranja se presenta con escaso peralte, rematando en una linternilla, la que presenta cuatro pequeños vanos. La nave del templo corre de norte a sur y en consecuencia los cruceros de oriente a poniente, situación que permite que la iluminación sea suficiente en todas las épocas del año, Pasando la puerta de acceso, a mano izquierda en el sotacoro, se encuentra el bautisterio.


La bóveda conchiforme del presbiterio e un, de los detalles arquitectónicos más interesantes de la arquitectura religiosa en San Luis Potosí, la cual presenta gruesas molduras que parten del arco hacia el altar mayor a manera de nervaduras. En la clave del arco aparece el escudo de las conformidades, Esta bóveda, la del camarín del templo del Carmen, y la del camarín del templo de Tlaxcala, son las únicas conchiformes en San Luis Potosí, pero esta última es muy posterior a 1760.

En el crucero derecho del templo se conserva aún su antiguo púlpito barroco del siglo XVIII, el cual en la parte superior del tornavoz ostenta una pequeña escultura tallada en madera que representa a San Buenaventura, "El Seráfico Doctor'' que escribió las primeras constituciones de la regla franciscana.

Se ha perdido todo rastro de los retablos de madera sobredorara, que sin duda los hubo. Las pinturas existentes en el templo difícilmente pertenecieron a alguno de esos retablos, lo mismo podemos decir de las esculturas. Por estas razones es muy difícil siquiera suponer el número de retablos que existieron y a cuáles advocaciones estaban dedicados.

A ambos lados de la nave principal existen sendas capillas con dos puertas cada una, una por la nave principal y otra por el crucero respectivo.

Un tesoro representativo de la escultura barroca potosina es el grupo que representa a la Santísima Trinidad y que se ubica en la parte superior del altar mayor del templo, obra de gran plasticidad cuya realización tal vez sea del siglo XVII.

La fachada del templo parroquial es de estilo barroco sobrio y carga su ornamentación en la hermosa puerta. Componen la fachada tres cuerpos: en el primero se ubica la puerta de acceso, que está flanqueada por dos pilastras coronadas por modestos capiteles; una moderada cornisa divide el primer cuerpo del segundo. Al segundo cuerpo lo forman tres elementos: dos nichos y la ventana que es de regulares dimensiones; en el nicho de la derecha la escultura de Santo Domingo de Guzmán, y en el nicho de la izquierda, San Francisco de Asís. El tercer cuerpo de la fachada está formado por un solo elemento: el nicho central, en el que se encuentra la imagen titular, o sea, la Santísima Trinidad. Simétricamente colocados se encuentran los cinco escudos de la orden que anteriormente quedaron descritos.

Rematan esta magnífica fachada dos torres, de las cuales la que mira al poniente se construyó en 1945, y la otra es la original; ambas con pilastras estípites. La construcción de la torre oriente es posterior al año de 1750. Ambas torres están compuestas por un sólo cuerpo de cuatro vanos rematados por un pequeño cupulín.

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