1747 Convento del Carmen - Cronologias San Luis Potosi

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1747 Convento del Carmen

Arquitectura > > Edificaciones 1700-1799
El 26 de noviembre de 1732, otorgaba su testamento en Querétaro y ante el escribano real D. Francisco de Victoria, D. Nicolás Fernando de Torres, español natural de Sevilla y propietario de las grandes haciendas de campo nombradas el Pozo y Peotillos. Este caballero había venido de España y se había avecindado en San Luis Potosí, donde caso con D. Gertrudis Maldonado y Zapata.

En dicho testamento ordena y manda la fundación de un convento de Carmelitas Descalzos en la referida ciudad de San Luis Potosí,  Ordena también la fundación de un colegio para niñas, que fue conocido en San Luis con el nombre de  “Colegio de Niñas de San Nicolás,” Dejo de por únicos y universales herederos del remate de todos sus bienes al colegio de niñas y al convento de carmelitas que debía de fundarse; habiendo antes señalado para su manutención, la mitad del valor de las haciendas del Pozo y Peotillos.
El Sr. D. Nicolás Fernando de Torres falleció en Querétaro el 10 de diciembre de 1732 y le siguió poco después su esposa. D Gertrudis Maldonado y Zapata. Sus cadáveres estuvieron sepultados en el convento del Carmen en Querétaro hasta que fueron trasladados al de San Luis Potosí, según el mismo Torres lo dejaba ordenado en la primera cláusula de su testamento.

Por el año de 1735, vino a San Luis el padre Fray Nicolás de Jesus Maria acompañado del hermano Fray José de la Asunción, con poderes para emprender en el asunto de la fundación; mejor dicho, su objeto era el de explorar los ánimos respecto a ella  Este religioso pronto volvió a México cuando vino de nuevo a San Luis, resuelto ya a dar principio a la fundación, compro unas casas que eran de Martin Urroz, y estaban situadas detrás del convento de San Francisco, con objeto de establecer en ellas el hospicio.

Habíase pedido entre tanto a España la cedula para fundar el convento. Afines de 1737, falleció el Obispo de Valladolid Sr. Escalona, y entonces los carmelitas se dirigieron al Cabildo en Sede vacante, con el fin de obtener la licencia para la fundación que el Obispo difunto había negado. El cabildo accedió a la súplica de Fray Melchor de Jesus, provincial entonces, concediendo licencia para fundar hospicio, en el que podían morar hasta seis religiosos, teniendo oratorio privado para solo ellos, y de ninguna manera para el pueblo, pues no podía hacerse formal fundación hasta que viniese la licencia real. Este decreto del Cabildo tiene fecha 17 de enero de 1738.

El primero de julio de 1738 llegarón a San Luis los religiosos y se hospedaron en el Santuario de Guadalupe al sur de la ciudad. El 2 del mismo mes, procesionalmente se encaminaron a la ciudad, instalándose en la casa que tenía ya comprada Fray Nicolás de Jesus, la que hallaron sola y desprovista de toso. Celebraron ahí la primera misa el 26 de julio de 1738, día de la señora Santa Ana.

Don Bartolomé López de Mesa, que vivía a la sazón en Monterrey, noticioso que los carmelitas deseaban fundar un convento en San Luis Potosí, se les presento haciéndoles donación de un terreno que se llamaba la Lagunilla y Alfalfa, más inmediato a la ciudad y en mejores condiciones que el primero. Estas tierras, dicen los apuntes históricos de Fray José de Santo Domingo, eran tres sitios y tres caballerías, donación firmada el 22 de septiembre de 1740.

En 1743 comenzó la obra del nuevo hospicio en los terrenos de los Señores Mesas, conocidos con el nombre de la Laguna. Era presidente de los carmelitas Fray José de los Ángeles. Este hospicio quedo concluido en marzo de 1744, y a él se trasladaron los religiosos, abandonando el primero que estaba en San Francisco.

El 26 de abril de 1746 Felipe V, a petición de Benedicto XIV, expidió la cedula para la fundación del convento, y el 7 de septiembre de año de 1747, le dieron pase el virrey y el Real acuerdo. Hicieron lo mismo el Obispo de Michoacán y el Ayuntamiento de San Luis; quedando instituido el hospicio nuevo en convento el 15 de octubre de 1747, lo que se encargó de solemnizar el provincial de los Franciscanos Fray Antonio rizo, el amigo más fiel de los carmelitas.

El día 14 de octubre del mismo año, salió procesionalmente de la iglesia parroquial el Santísimo Sacramento, acompañándole las imágenes de los patrones de las órdenes religiosas establecidas en esta ciudad, y los prelados de ella, lo mismo que el párroco D. Antonio Cardoso. Llegada la procesión a la nueva iglesia, fue colocado el santísimo en ella. El día siguiente, 15 de octubre, canto la misa el P. Rizo, y predico el P. Fray José de Arlegui, quien puso por título a su sermón “Felicidades y gozos concedidos cuando menos esperamos” dando con eso una satisfacción al Carmen. Así quedo el nuevo hospicio convertido en convento.

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