1760 Templo de San Nicolás y Beaterio o Colegio de San Nicolás Obispo - Cronologias San Luis Potosi

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1760 Templo de San Nicolás y Beaterio o Colegio de San Nicolás Obispo

Arquitectura > > Edificaciones 1700-1799
De fijo, ya para 1715 existía un "Beaterio" o recogimiento de niñas virtuosas y pobres en esta ciudad, por el rumbo de San Francisco (Betancourt, 1921: 132). Cuando, en noviembre de 1732 el opulento sevillano don Nicolás Fernando de Torres -a quien los de Armadillo acusaban de haberlos dejado, en “tanta penuria y suma pobreza”, al grado de no tener tierras ni para morar-  firmo su testamento, en él dispuso: "duodécima. It. declaro que por cuanto es mi intención que en la dicha Ciudad de San Luis Potosí se funde un Beaterio o Colegio de mujeres recogidas en casas mías propias, según la montea y mapa que tenga remitida, para cuya fábrica están ya juntando materiales a mi costa. Es mi voluntad consignar para la dicha obra, otros doce mil pesos de oro común, fuera y aparte de lo que le viniere en la forma que dispondré.”

"Décima tercia. It. mando que la plata labrada que me cupiere por mitad de la que quedare por mis bienes, se dé a dicho Beaterio o Colegio (que se ha titulado de San Nicolás Obispo) para cálices, lámparas y demás adornos de plata de iglesia, según alcanzare.

Con tan buen legado, corrió con la obra el Lic. Juan Manuel Lozano de la Peña, quien en 1760 puso la iglesia en condiciones de dedicarse y el colegio, de habitarse por las niñas educandas. El 6 de diciembre fue la dedicación del templo y la inauguración del colegio. El conjunto ocupaba toda la manzana de la hoy 3a. de Obregón, por el sur, hasta Julián de los Reyes, por el norte. La iglesia de San Nicolás estaba en la esquina suroeste de las calles de Hidalgo y Obregón, exactamente en el área que ocupa el Palacio de Cristal.

Muy en paz y fructíferamente operó esta Institución desde 176Ó hasta que llegó la deletérea reforma. Las primeras maestras vinieron de Morelia, del célebre Conservatorio de las Rosas, a las que se sumaron otras damas potosinas. La reforma confiscó el colegio con todos sus bienes y proscribió a las que lo dirigían. Al ocupar el bravo general Mejía esta ciudad, puso el colegio en, las manos amorosas de las imponderables Hermanas de la Caridad. Luego, al irse los imperialistas, el paranoico Juan Bustamante se echó sobre el Beaterio y la iglesia, persiguió con saña a las que lo regían y destrozó todo: la iglesia, el anchuroso y noble patio con sus corredores, los salones y demás. Los adjudicatorios empezaron a apropiarse lotes y más lotes y a construir en ellos. Un tal Campos puso una fábrica de rebozos y un comercio; otros, tiendas o casas.

Lo que no destruyó Bustamante, aniquiló el loco de Chico Sein, como los siete hermosísimos retablos -hermanos de los estípites del Carmen-, azuzado por la codicia de rescatar los buenos quilates del oro que los cubría. Todo lo que adornaba esta iglesia, singulares joyas del barroco: retablos, pinturas, esculturas estofadas, cálices, etc., se perdió para siempre. Del templo quedó el desnudo cascarón, que a veces servía para escuela, a veces; como en 1872 como hospital militar, a veces, de bodega.

La iglesia de San Nicolás estaba demasiado céntrica, sobre la calle de Hidalgo, a una cuadra de la plaza. Su abandono y sus descascarados muros constituían un formidable monumento al vandalismo liberal. Por otra parte, durante el porfirismo fue cuando la fisonomía urbana y arquitectónica de San Luis se transformó totalmente. Desapareció todo lo poco que sobrevivía de lo virreinal -excepto las construcciones eclesiásticas-  y sentó ampliamente sus reales el neoclásico o neobarroco de los nuevos edificios y casas.

Don Eduardo Meade compró lo que quedaba de ese monumento artístico e histórico. Cuando corrió la voz de que lo iban a demoler, algunas damas potosinas quisieron rescatar esa mutilada porción de nuestro patrimonio cultural. Había el antecedente del rescate de las manos de los pastores protestantes norteamericanos de la capilla de Aránzazu y de la excapilla de Nuestra Señora ele los Remedios, de las garras de un marmolero que allí tenía su taller. No fue posible.

"Hace tres o cuatro días -informaba El Estandarte del 30 de septiembre de 1905- empezaron los trabajos para derribar lo que fue el templo del Beaterio; primer colegio de niñas que hubo aquí, y que después fue hospital y últimamente bodega. El edificio lo compre al gobierno el Sr. Eduardo Meade, Hasta ayer se habían tirado tres bóvedas y empezaban los trabajos para derribar la cúpula. Mr. Gosen,  conocido contratista americano, contrató la derivación del edificio por una fuerte cantidad (diez o doce mil pesos) y se comprometió a dejar el terreno listo para reedificar en él, en un termino de dos meses”. Cuatro años después, el sábado 4 de diciembre de 1909 fue la bendición de El Palacio de Cristal, cuyo muro interior es el mismo del templo de San Nicolás.

Como éste había siclo robarlo a la Iglesia, el Sr. Meade arregló las cosas con el Sr. Mentes de Oca. Se dice que con lo que pagó en compensación, se construyó buena parte de la torre norte de catedral.

El templo ele San Nicolás carecía de fachada, pero tenía torre. La cúpula y el altar se levantaban en la esquina de las hoy calles 2a. de Hidalgo y 3a. de Obregón. El cubo de la torre sobresalía del paramento e invadía la calle. Así formaba una rinconada allí: la mitad oriente de esa cuadra era más ancha que la mitad poniente. Cuando en octubre de 1905 el Sr Meade pidió al Ayuntamiento le permitiese alinear la mitad oriente con la mitad poniente, o sea, ampliar el área, el Ayuntamiento le ordenó que mejor alineara aquélla con ésta, para que toda la cuadra quedara de la misma anchura desde la calle Hidalgo hasta la de Allende. Como se hizo.

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