1825 Teatro Alarcón
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Este Teatro situado en la calle de Comonfort, antigua del Coliseo.
El Ayuntamiento de 1825 empezó sus trabajos nombrando la Junta de sanidad que había de funcionar en el mismo año, recayendo los nombramientos en los José Ignacio Eguía, profesores Dr. D. Joaquín Regato y Farmacéutico D. J. M. Alemán, y vecinos D. Pedro Imaz y D. Francisco García.
El mismo Ayuntamiento, declarando subsistente el acuerdo del que funcionó el año anterior, relativo a que una comisión de su seno presentara dictamen para la construcción de un teatro en la ciudad, nombró el personal de esa comisión, encargándole que con empeño se ocupará de estudiar el punto, a fin de hacer practicable el proyecto referido.
En el mes de marzo de 1825, D. Juan Guajardo, Tesorero General del Estado, hizo proposición para construir por su cuenta un Teatro, con la condición de que durante 25 años no construiría otro el Gobierno o el Ayuntamiento, ni se concedería igual permiso a otro individuo particular. Fué aceptada la proposición del Sr. Guajardo y desde luego procedió este señor a realizar su proyecto, encomendando la dirección de la obra al arquitecto D. Francisco Eduardo Tresguerras.
Este señor vivía en Celaya; por escrito hizo sus proposiciones remitió tres diseños con sus respectivos presupuestos, para que se escogiera el que más agradara, y una vez arregladas las condiciones necesarias, se trasladó a esta capital, comenzando los trabajos de construcción del teatro, en abril del citado año de 1825, en el terreno que ocupaban dos casas de la propiedad del mismo Sr. Guajardo.
A fines de marzo de 1827, dio aviso el Sr. Guajardo de estar concluido el edificio y solicitó licencia para inaugurarlo el domingo de Pascua de Resurrección con funciones dramáticas, por la compañía que dirigía el actor español D. Fernando Escamilla. Puso igualmente en conocimiento de la Corporación Municipal, que la empresa la formaban el mismo Sr. Guajardo y D. José Joaquín de Garate.
No obstante que el director de la obra había sido el arquitecto D. Francisco Eduardo Tresguerras, bien conocido ya en todo el país como inteligente en la profesión, el Ayuntamiento dispuso que tres individuos de notoria pericia, reconocieran el edificio y extendieran por escrito su opinión, respecto a la solidez y demás condiciones necesarias para la seguridad del público.
Llenado este requisito satisfactoriamente, se con- cedió el permiso para la inauguración del teatro, imponiendo a la empresa por licencia para los espectáculos, quinientos pesos anuales que enteraría en la Tesorería Municipal en mensualidades adelantadas, además la cesión del palco número 8 para el Juez y de teatro y regidores que quisieran concurrir.
A este teatro no se le dio ningún nombre en su inauguración.
En aquella época no había plateas, las columnas de los palcos primeros, segundos y terceros, des- cansaban sobre una pared; recargada a ésta había un asiento corrido de ladrillo siguiendo la forma de herradura del edificio. Ese asiento, convenientemente elevado sobre las lunetas, tenía numeración progresiva de izquierda a derecha y se llamaba "Galería." El departamento alto que después se llamó así, se llamaba entonces "Cazuela."
En 1828 obtuvo permiso la empresa para funciones de Ópera Italiana, y el Gobernador Don Ildefonso Díaz de León, mandó pagar de las rentas del Estado, al fondo municipal, el importe de la licencia, subvencionando además a dicha empresa con mil pesos de las propias rentas, previamente autorizado por el Congreso, y con quinientos de sus fon- Desgraciadamente no dos particulares. consta en la solicitud de los empresarios, ni existe en ningún impreso, el elenco de la compañía. Sería curioso saber cuál fué el personal de la primera Compañía de Ópera Italiana que trabajó en San Luis.
La Compañía hizo su debut con la ópera "El Pirata," la noche del 8 de abril, ante un lleno completo de espectadores; y habiendo observado el Gobernador que la orquesta estaba reducida a ocho músicos que la misma compañía traía de la ciudad de México, le indicó al director que debía reforzar aquélla, contratando músicos de esta ciudad, que los había instruidos en el arte. El director se resistía desconfiando de los conocimientos de los músicos de San Luis, pero a instancias del Sr. Gobernador, solicitó del Sr. D. Miguel Zavala, Maestro de Capilla orquesta de la antigua Parroquia, y director de la que tocaba en las funciones clásicas de la misma Iglesia y de los conventos que le proporcionara seis músicos, para aumentar la orquesta de la ópera.
El Sr. Zavala juzgó lastimado su amor propio al ver que ni a él ni a su hermano D. León se les in vitaba, y se negó a prestar los músicos que se le pedían manifestando que ninguno de los de la orquesta eran capaz para el trabajo que se deseaba.
El Sr. Díaz de León, que conocía muy bien las aptitudes de los hermanos Zavala de sus discípulos, y llamó a Don Miguel para que le explicara la verdadera causa de su negativa. Este señor se lo dijo con franqueza y le ofreció que toda su orquesta, incluso él y su hermano, tocarían una o más óperas bajo la batuta del Maestro Director, pero que no se acompañarían con los músicos de México, porque éstos se habían expresado de ellos en términos ofensivos y humillantes.
El Señor Gobernador, con la seguridad de que la numerosa orquesta del Sr. Zavala podía desempeñar sola el trabajo que se le encomendaba, consiguió con el Maestro Director ensayara con ella la próxima representación.
El resultado fué en extremo satisfactorio; pues el Maestro, los artistas y el público, quedaron verdaderamente complacidos. Desde entonces adquirió merecida buena reputación en todo el país y con todas las compañías de ópera la orquesta de Zavala, acabó de afirmarlo cuando estuvo en y esta ciudad D. Eusebio Delgado como primer violín en otra compañía de Ópera Italiana. El Sr. Delgado decía, que después de la orquesta de la Opera del Teatro Nacional de México, la de San Luis era la mejor en toda la República.
Een 1900 fue destruido parcialmente por el fuego, que provoco un derrumbe de la notable bóveda casi plana. El interior ha sido reconstruido en un estilo poco adecuado a las necesidades actuales. El primer Teatro de que se tiene noticia en San Luis Potosí, se estableció en la calle 6ª. Calle de Fuente, antigua calle del Sol, y existía ya en 1621 bajo el nombre de la casa de las comedias; otra mejor acondicionada se abrió en la calle del Potrillo de San Agustín, hoy primera de Galeana, a fines del siglo XVIII.