1908 Casa de la Familia Verastegui
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Esta vivienda se encuentra en la esquina de las calles Zaragoza y Galeana, en una superficie de terreno de 874.20 metros cuadrados. Fue propiedad del Sr. Don Paulo Verástegui desde 1851.
Consultando las escrituras pertenecientes a esta casa, se encuentra la referencia de sus antiguos propietarios desde el año de 1665. Fue comprada por don Paulo Verástegui en 1851, y se ubicaba en el cuartel 3o. manzana 14a., 5a. calle de La Concepción (actual calle Zaragoza), esquina con Galeana.
En esta casa vivió don Paulo Verástegui de la Vara (1817-1891) y doña Andrea Ruiz de Bustamante (1823-1900) con sus 5 hijos: María, Luisa, Teresa, Juana y Paulo. Al morir don Paulo y doña Andrea la heredaron sus hijos. Esta familia de hacendados potosinos fue propietaria de la hacienda de San Diego en Ríoverde, S.L.P., y de muchas otras.
La Srita. María Verástegui y Ruiz de Bustamante (1846-1917), cabeza de la familia de cuatro hermanas (ya que su hermano Paulo murió en 1906), encargó en 1908 al Ing. Octaviano Cabrera la remodelación de la casa familiar ubicada en la calle de Zaragoza No.16 (hoy No. 440). El ingeniero Cabrera era sobrino político de la señorita Verástegui.
La casa que el Ing. Octaviano Cabrera reconstruyó en 1908 pertenecía al siglo XVIII, con estructura de patio y arcadas, y marcos de cantería sobre enjarrado de cal. Hasta hoy ha permanecido en el segundo patio una parte de esta vieja casona en la que se puede leer el paso del tiempo, da a las cocheras que tienen acceso por la calle de Galeana.
La estructura de esta casa se conserva: muros de carga de mampostería, viguería de madera y bóveda plana de ladrillo.
La fachada fue totalmente transformada y dotada de todos los servicios y comodidades que toda residencia de esta categoría debía tener en 1908: alumbrado eléctrico, agua corriente (instalación de toma domiciliaria), nuevos cuartos de baño, y sobre todo, nueva decoración.
Aún se conserva un plano de la fachada principal en tinta y acuarela a escala 1:100, de una de las propuestas para la fachada principal, que no está como hoy se conoce, ya que fue modificada cambiando las balaustradas de los balcones por herrería y la balaustrada de remate por un pretil de cantería. También se conserva el plano de la fachada lateral que da a la calle Galeana, en tinta, escala 1: 1OO, con todos los detalles y modificaciones mencionadas, que fueron hechos a la fachada principal.
En sus fachadas se combina piedra de distintos tonos (rosa, gris y anaranjada), trabajándose diversos detalles con ella. En planta baja los marcos de las ventanas se unen con unas franjas de cantería rosa (en alto relieve) alternando en espacios más anchos con piedra gris (bajo relieve) hasta llegar a la parte baja de los balcones; podría decirse que la fachada de la planta baja es más austera y cerrada que la de la planta alta, ya que ésta fue enriquecida con los detalles de los balcones, sus marcos y cornisa, invirtiendo el tono de la piedra al de la planta baja, se repiten las mismas franjas pero más delgadas y continuas. Los marcos de los vanos están conformados por pilastras estriadas en forma estípite, y rematadas por un frontón; continúan los ejes de los vanos en las dos plantas, siendo totalmente simétrica la fachada principal. Mientras en la fachada lateral se unen dos vanos en un solo balcón y se abre un gran vano al finalizar la fachada para el acceso de los coches.
El trabajo de cantería realizado en esta finca es notable; la idea del Ing. Cabrera, al combinar piedra de diferentes tonos da movimiento y ritmo a la fachada; incluso algunos elementos ornamentales, como las decoraciones florales que nacen de un diamante en la parte baja de la cornisa, están realizadas en otro tono de piedra, destacando independientemente del color, por su volumen.
El acceso principal se levanta del nivel de la banqueta por dos escalones, lo que le proporciona mayor jerarquía; una excelente puerta de madera entablerada cierra esta vivienda, que es jerarquizada en el pretil del segundo nivel por un frontón semicircular. El balcón que coincide con el acceso está adornado por una serie de ménsulas de las que descienden unos adornos florales. Al lado izquierdo de este balcón se puede ver una pequeña placa de mármol que muestra la firma del Ing. Cabrera.
Todo el edificio se encuentra rematado por una gran cornisa y un pretil en el que sobresale el frontón semicircular que indica el acceso a la vivienda.
La distribución en planta corresponde a la tipología de la casa potosina realizada desde la época virreinal: un zaguán que da a un gran patio con fuente; en este mismo eje y en sentido opuesto al zaguán se localiza el cubo de la escalera; alrededor del patio se distribuyen las dependencias administrativas: despachos y biblioteca, un patio posterior de servicio al cual dan las bodegas y cocheras. En planta alta está la vivienda, en un corredor alrededor del patio se distribuyen las diferentes dependencias (recámaras); en la parte frontal de la casa se encuentran el salón, la asistencia y la recámara principal; en la parte posterior, el comedor y la cocina.
El patio es de forma rectangular y hay dos arcadas en el lado más corto y tres en el más largo. Las columnas son de piedra, de fuste liso y capitel dórico en planta baja; en planta alta son de fuste estriado en una tercera parte con capitel jónico. Los muros de los corredores de este patio llegaron a tener pintura decorativa (se puede observar en una de las fotografías antiguas) que se perdió al ser pintados en varias ocasiones. Los corredores de la planta alta se encuentran limitados hacia el patio por un barandal de hierro forjado.
Algunos plafones de los salones de la planta alta están decorados con cielos rasos y pinturas decorativas. Los temas de las pinturas en plafones son románticos, rodeados de guirnaldas y ramos florales; todos los pisos son de madera y se conserva gran parte de su mobiliario original. Los salones recientemente restaurados han perdido gran parte de su decoración original.
En 1993 se realizó una reposición de vigas a los salones de la planta alta que dan a la fachada principal; se cambiaron también las ventanas de madera entablerada de la planta alta que dan a las dos fachadas exteriores, ya que estaban muy deterioradas.