1920 Casa Sr. Joaquin Cabrera Hernández
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Esta casa se ubica en la Av. Venustiano Carranza núm. 420 (antes General Alberto Carrera Torres núm. 30, cuartel 13º, manzana 3a); ocupando una superficie de terreno de 479.80 metros cuadrados. El Sr. Joaquín Cabrera compró esta finca a sus padres, los señores Octaviano Cabrera Arias y Carmen Hernández de Cabrera en 1921. Es ésta una de las últimas obras que realizó el Ing. Cabrera, en este caso fue para su hermano Joaquín, quien se quedó viudo en 1913 (con tres hijos), y se volvió a casar con la hermana de la que fuera su esposa: la Srita. doña Ángela López Hermosa en 1922, naciendo de este matrimonio seis hijos.
La casa es de una sola planta, su fachada es muy sencilla y está construida con piedra blanca tiene los detalles decorativos más elaborados en los balaustres de las ventanas y en los de la cornisa superior. Es característico de esta época agrupar varias ventanas en un solo vano, dividiendo cada ventana un macizo de piedra (tal como lo hizo en la casa de su hermano Jesús). Los balaustres de estas ventanas, que a manera de barandilla se presen tan, son de una talla exquisita, parece que hubieran sido labrados en madera, repitiéndose en la parte superior de la cornisa acompañados de unos macizos de cantería que sirven de remate a la fachada. La cornisa está apoyada en una serie de ménsulas formando un interesante ritmo. Aquí se demuestra otra vez el excelente trabajo de los canteros potosinos.
El proyecto de esta casa se desarrolla iniciando con un zaguán (actualmente ampliado), que permite el acceso por medio de una escalinata al patio (actualmente cubierto por una estructura de fierro y cristal), cubierto en dos de sus lados por corredores, que sirven de distribuidores a todas las dependencias de la vivienda, como lo son el salón, el comedor y las recámaras.
Los corredores están cubiertos por una estructura de vigueta y bovedilla de ladrillo, apoyados en elegantes columnas de piedra blanca de basamento cuadrangular y capiteles de orden corintio.
Los trabajos de carpintería son muy buenos, así como los vitrales que se encuentran en el cancel de acceso al comedor. Todavía se puede ver la pintura decorativa, tanto en muros como en techos (recién restaurada); fue aplicada directamente sobre la bóveda de ladrillo.
Esta vivienda fue heredada a sus hijos y a su viuda por el Sr. Joaquín Cabrera a su muerte en el año 1934, vendida en 1937 al Sr. Roberto García Larrañaga. En 1940 el Sr. García Larrañaga vendió a la menor Francisca Teresa Morones Caballero, representada por sus padres: el Dr. Ignacio Morones Prieto y Francisca J. Caballero de Morones. Esta última vendió la finca en 1987 al Lic. Castañón.
La vivienda fue restaurada en 1990, al instalarse en ella la Notaria Pública núm. 8, del notario Lic. Castañón, y recuperó en la remodelación parte de sus detalles.
En esta restauración, parte de la carpintería se hizo de nuevo; se cambiaron los pavimentos, pero la estructura de la casa se conservó en lo principal. Se demolió una pequeña habitación contigua al zaguán, ampliando las dimensiones de éste que originalmente era muy estrecho. Como el patio está cinco escalones arriba del nivel de la calle, la ampliación de la entrada dio monumentaliclad al espacio.